Un trocito de....

"Quizá tuvieran razón en colocar el amor en los libros... Quizá no podía existir en ningún otro lugar" Willian Faulkner


sábado, 11 de abril de 2020

Nanorrelato Nº 582. Coronavirus y la batalla del Ebro


Fue testigo de todo. Observó la evolución de todos los seres humanos que alcanzaba a ver desde su ventana, pero para él era muy importante porque ese universo parecía suficiente para extrapolarlo al resto de ventanas de todo el país. Vio cómo empezaron un buen día saliendo a aplaudir a todos aquellos que se la estaban jugando para que pudiesen continuar con sus vidas, con sus trabajos, con sus amores o finiquitar sus desamores. Después, esos aplausos fueron mutando en caceroladas. Ya no había risas, ni “hasta mañana vecinos”. No. Eran ruidos metálicos en medio del silencio. Después, unos y otros memorizaban como si estuviesen preparándose un examen, las caras de quienes aplaudían y quienes sacaban cacerolas. Después, apoyados en sus alféizar, unos a otros se disparaban con los dedos índices hipotéticos proyectiles lanzados desde la posesión más absoluta de la razón. Y esta vez, a diferencia de la anterior que fue horizontal, aparecieron verticalmente esas dos Españas sobre las que escribía Machado entre lágrimas. Y la batalla del Ebro siguió su curso, ya que nunca terminó, desde aquel 25 de julio del año 38, a las 0:15 horas. Es lo que afirman…, las ventanas.

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