Un trocito de....

"Quizá tuvieran razón en colocar el amor en los libros... Quizá no podía existir en ningún otro lugar" Willian Faulkner


miércoles, 29 de abril de 2015

Nanorrelato nº 405. Olimpiada

El mar golpeaba suavemente sus tobillos y duramente su corazón. El paseo, que supuestamente iba a ser terapéutico, se convirtió en un vía crucis irresistible. En cada paso, la sensación de caricia marina sobre su piel contrastaba con el puñetazo que los recuerdos atizaban a su miocardio. De pronto, el mar se retiró de golpe y una enorme ola surgió en el horizonte: un tsunami. Cogió a un chiquillo en volandas, que andaba haciendo un castillo de arena, y como si fuese un atleta cuyo corazón estuviese especialmente entrenado para el ejercicio más extremo corrió y corrió evitando que la ola asesina los alcanzase. << ¡De algo nos ha servido mi entrenamiento, chavalín!>>
Óleo sobre lienzo (65 x 43)

miércoles, 15 de abril de 2015

Nanorrelato nº 404. Artrosis

Nunca consiguió visualizar mentalmente lo que más había temido en toda su vida, aquello que con sólo pronunciarlo era suficiente para derramar una capa de sudor helado sobre su espalda. Y un día apareció, y se le mostró en forma de dedos agarrotados y dolorosos. Sí; llegó en forma de imaginaria artrosis a sus, hasta entonces, hábiles manos de relojero, o de alfarero, o de pescador, o de médico, o de bioquímico. Porque era las cinco…y muchas más. Él era él y todos aquellos que, según el mercado o vaya usted a saber quién, les habían traicionado conque  ya “no servían” para trabajar. Miró sus manos que aunque no les pasaba nada como ya he dicho, necesitaba tenerlas agarrotadas, para justificar burdamente que se pasaba todo el día sentado en su sillita sin hacer nada. Porque la traición tiene ese poder, y aparece en la forma que considera: es independiente y no consulta a nadie.  

martes, 14 de abril de 2015

Nanorrelato nº 403. YO y YO

<<Es mejor que yo. Sin duda. Lo veo en las caras de todos durante las reuniones. Cómo escuchan lo que…pero que digo, me ha envenenando la cabeza. Seguro que a la Gerente le ha hecho lo mismo, una especie de vudú. Tengo que tener mucho cuidado ¡En que momento he podido pensar una cosa así! Si la mejor soy yo. Lo que quiere es mi puesto. No soporta que sea su jefa. Debería de aceptar la realidad: su mediocridad y que YO soy brillante. Las dos cosas a la vez. YO sí que sé estar en mi sitio, y eso las personas que me rodean se dan cuenta, de cómo estoy a la altura y me entrego en cualquier situación, de lo magnífica que soy. No soporta que esté siempre donde debo de estar>>
- La verdad… es que hoy daba la impresión de que no estabas aquí. Para eso no nos metemos en la cama.
- ¿Tú también?
- ¿Yo también, qué?

viernes, 10 de abril de 2015

Nanorrelato nº 402. La otra metamorfosis

Y…un horripilante insecto amaneció convertido en un humano, que, aunque parezca mentira, lo que peor llevaba era su nuevo nombre: Gregorio.  << ¿Qué coño es Gregorio? Me gustaba más “cuidadoquetepica” o “queascodebicho”>> Él continuó haciendo pelotas de mierda y almacenándolas en su casa. De hecho, siguió con dicha actividad al poco de producirse la mutación para que su autoestima no se viese mermada. << ¡Faltaría más!>>. Aunque la verdadera sorpresa fue cuando se dio cuenta de que había muchísimos humanos haciendo lo mismo, acumulando desechos recogidos en el basurero. <<Así que tampoco es tan importante  mi aspecto, pero Gregorio…>>