Un trocito de....

"Quizá tuvieran razón en colocar el amor en los libros... Quizá no podía existir en ningún otro lugar" Willian Faulkner


jueves, 28 de marzo de 2019

Nanorrelato Nº 539. La nauseabunda balanza


La verdad, la nauseabunda verdad que sólo él y su cliente sabían, inundaba toda su cabeza sin darle el menor respiro. Mientras hablaba su colega adversario, seguía fraguándose la madre de todas las batallas, proceso que dejaba sus circunvoluciones cerebrales sembradas de cadáveres de los axiomas éticos que le habían certificado como persona. La liza entre lo que sabía y lo que debía hacer, llegó a su momento álgido: Miró su toga, a su defendido, se levantó y habló. Y fue un buen profesional. Fin.

miércoles, 27 de marzo de 2019

Nanorrelato Nº 538. La lámpara de autoestima


Y cuando frotó por tercera vez la vieja lámpara de cobre emulando al archiconocido protagonista del cuento, se le apareció el genio. No era de color azul, ni de proporciones monstruosas, lo que le hizo creer que tampoco tendría cualidades mágicas.
— Te equivocas al pensar eso de mí — le arrojó de inmediato el genio al ver su  expresión de desaliento — Yo soy lo mismo que tú, puedo hacer tanto como anheles tú, como desees de verdad. Lo que quieras, vamos.
— ¿Seguro? Porque yo…, no tengo poderes.
—¿No? Cómo es posible que hayas eliminado por completo la autoestima que ni lo evidente crees ¿Te parece poca magia frotar una lámpara y que se aparezca un genio? ¿Sabes cuanta gente se tira toda su vida restregando su mano contra un sinfín de superficies, completamente desesperados, y lo único que obtienen son llagas en sus dedos?

martes, 26 de marzo de 2019

Nanorrelato Nº 537. La conjura de los necios


Miró fijamente a la serpiente. Era la primera vez que estaba a solas con ella. El color verduzco de su piel brilló de forma majestuosa. Pensó que la soledad, a veces, realza lo vulgar. Miró su redonda boca negra, también era maravillosa a pesar de la ausencia de color. Pero… volvió a su pensamiento, a su meta. Sabía que a ella le gustaría. Sí, estaba completamente convencido de que el áspid sí le escucharía, de que le encantaría su “conjura”. Era consciente del precio. Tendría que despertarla. Dudó, la miró, dudó, la volvió a mirar, dudó…y abrió la puerta del coche, fue hacia la parte de atrás y observó la también negra boca del tubo de escape. Serpiente y tubo se fundieron en un beso, un beso de despertar. La serpiente se desperezó. Él empezó a leerle su novela y ella le regaló su aliento.

A John Kennedy Toole (17 de diciembre 1937- 26 de marzo de 1969)


lunes, 25 de marzo de 2019

Nanorrelato Nº 536. El paciente 43


Érase un médico, un paciente y tres charlatanes. Nuestro médico estaba agotado y además desmoralizado, ya que cuando salió de la consulta para ir al baño vio de reojo la cantidad tremenda de pacientes que todavía le quedaban por ver. La consulta de ese día iba con retraso ya que había tenido que entretenerse con dos pacientes: un hipertenso rebelde y otro que parecía que lo que le contaba sonaba a algo peor.  Y después de dar varias vueltas a toda la medicina, de la cardiología a la urología y de ahí a la dermatología y vuelta a la cardiología, entró el paciente 43. Nuestro médico estaba agotado, extenuado, y el paciente 43…, se le escapó. Y el paciente 43 llegó a su casa y se ahorcó en la terraza de la cocina, teniendo como testigos a un grupo de paños baratos bien doblados. Y mientras daba su último estertor, un charlatán colgaba la foto de un lazo en Twitter en defensa de no sé qué cura, otro plantaba un árbol para que retrocediese no sé qué enfermedad y el tercero hablaba en no sé qué foro sobre una revolución tecnológica que está a punto de llegar.

miércoles, 20 de marzo de 2019

Nanorrelato Nº 535. Humanización

Casi al final de su discurso de despedida hizo una parada causada por la emoción. Las personas que estaban escuchándole pensaron que aquella flaqueza era debida a la turbación causada al relatar tantos éxitos clínicos, libros escritos, viajes y descubrimientos en los casi sesenta años dedicados a la medicina. Pero no, solo él sabía que aquella emoción era causada por el recuerdo de cuando era un joven médico y fue a visitar a una paciente moribunda, que mientras ojeaba la ristra de papeles donde quedaban reflejados todos los parámetros analíticos, situación actual y demás datos necesarios para tratar a cualquier persona, ella le dijo, con una vocecilla débil, que si en todos esos “testamentos” ponía que estaba sola, que eso era lo más importante, y que ningún médico se lo había preguntado; pero no se lo digo a usted para dar pena, no. Se lo cuento por si usted me podría coger la mano y así me muero acompañada. Y así hizo. Y se murió. Y no estaba sola, estaba él, su médico. Y esa mano, pequeña y enorme, es la verdadera protagonista, la que le llevó en volandas a conseguir todos los éxitos que he mencionado más arriba. Pero ese secreto se lo guarda para él, porque es médico y los médicos guardan confidencias de sus pacientes.

martes, 19 de marzo de 2019

Nanorrelato Nº 534. Tres a la vez

No sabía bien lo que era, si adolescente, niño o adulto. Dependiendo de con quién tratara, o de la franja horaria, o incluso de si era día laborable o festivo podía adquirir cualquiera de los tres papeles. Podía llegar a entender que en la interfase de niño a adolescente o de adolescente a adulto existiese algún concepto confuso... ¿pero, en las tres a la vez? Cuando salía de su casa para ir a la escuela, los besos y abrazos de su madre eran de niño pequeño; cuando llegaba a la escuela, los días que había, la maestra le exigía que se responsabilizara de sus tareas como corresponde a la adolescencia, y cuando disparaba el kalashnikov sobre algún prisionero que le ponían delante arrodillado, los soldados que le felicitaban le daban a beber un líquido con el que olvidar lo que acababa de hacer, como hacen normalmente los adultos.

jueves, 7 de marzo de 2019

Nanorrelato Nº 533.Un día medio

¡Zas, el petit suisse en el medio de la blusa! ¡Zas, la multa por aparcar en prohibido al dejar a los niños en el cole y tardar más de lo pensado por una mini-conversación con el tutor en el medio del parabrisas! ¡Zas, veinte minutos de retraso por estar atrapada en el carril del medio! ¡Zas, algún subnormal le echa el aliento en la nuca y tiene que ir oliendo su mierda de cereales integrales por ir en el medio del ascensor! ¡Zas, llega tarde y tiene que pasar por el medio de un círculo observando que todos los componentes de la circunferencia le miran justo en el medio del culo! ¡Zas, reprimenda de su jefe con motivo de llegar tarde y de una discusión con un compañero, advirtiéndola que en el medio está la virtud, que ya vale de extremismos! ¡Zas, viaje al lavabo a ver si hay suerte y el test de embarazo, que compró hace cinco días por una sensación de vómitos muy familiar y parece que hoy ya tiene valor de hacérselo, no sale coloreado en el punto de en medio, como detalla las instrucciones! ¡Zas, mientras espera sentada en la taza lee una pintada en la parte superior de la puerta que reza “si tienes altura, da con la polla en el medio de esta escritura”!¡Zas, está en el váter de tíos, que por una extraña casualidad está en el medio de la planta!

viernes, 1 de marzo de 2019

Nanorrelato Nº 532. Calidad

Era una ardilla muy ordenada. Su madriguera había pasado sin problemas la ISO, cuando iba a buscar una nuez y la escondía lo tenía perfectamente escrito en un protocolo que revisaba cada seis meses y a la hora de entablar amistad con otras de su especie, seguía al pie de la letra las debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades de la nueva incorporación para ¡evitar sorpresas, vamos!  Estaba tan orgullosa de su forma de actuar que se vino arriba y colgó el brillante y llamativo marchamo del último.., no estoy seguro pero creo que era el EFQM, lo cual fue la llamada perfecta a un zorro, tremendamente desordenado he de añadir, para encontrarla y comérsela de un bocado, sin ningún orden, ni fase ,ni pensando en nada, salvo en engullirla.