Un trocito de....

"Quizá tuvieran razón en colocar el amor en los libros... Quizá no podía existir en ningún otro lugar" Willian Faulkner


jueves, 28 de febrero de 2013

Nanorrelato nº 251. ¡Maldita sea!


<< ¡Maldita sea!>> gritó en voz alta, inútilmente ya que estaba solo, mientras miraba fijamente los bicolores mandos de su nave, perfectamente ordenados, prácticamente idénticos, igual que un blíster de antidepresivos, vaya. Su queja provenía del fracaso, de ese maldito sentimiento que le acompañaba hasta en este mágico instante en el cual estaba a punto de saltar al hiperespacio. << ¡Será posible!>>  Claro, su enfado era normal ya que estaba fundado en si dicho sentimiento le acompañaría también en el otro lado. Dudo, pensó, volvió a dudar y…, despegó. Buen viaje. Buena llegada. 
Témpera sobre lienzo

jueves, 21 de febrero de 2013

Nanorrelato nº 250. Tan requetebién


No entendió en absoluto las tres, quizás cuatro, razones que le habían esgrimido para echarle de su puesto de trabajo. Bueno, no le echaron: le dejaron sin él. Desde aquel instante de confusión comenzó una carrera de entendimiento negativo o a medias, siendo generoso, de la mayoría de las cosas que asomaban a su vida. Después de algún tiempo, tampoco se entendía consigo mismo, y sobre todo, no comprendía como los cartones que tantas veces había tirado a la basura despreciándolos, podían calentar tan requetebién.
Témpera sobre papel

martes, 19 de febrero de 2013

Nanorrelato nº 249. Los violines


Con el Sol, salían de sus madrigueras cerebrales los mismos problemas que le habían acompañado hasta el anterior anochecer. Bueno, no eran los mismos exactamente, eran más grandes, más hermosos, ya que el astro se encargaba de iluminarlos en toda sus superficies. Pero hablando claro, como realmente no eran poseedores de ninguna dimensión, a quien iluminaba era a él. Como decía, al amanecer volvían, sí, los mismos gángsteres con sus fundas de violines, aunque he de añadir que, hasta el momento, siempre  le quedaba una mínima esperanza, posiblemente provocada por la medicación y la presión del diván en su espalda de que de aquellas execrables fundas saliese un violín y no contratos escritos en un purulento lenguaje.

A los engañados. Contra los mentirosos. 
Acrílico sobre lienzo

jueves, 7 de febrero de 2013

Nanorrelato nº 248. Flujo de conciencia


<< Estoy bien. Sí. Ya estoy bien, tranquilo, relajado. Mejor, sí. Estoy bien, muy bien, de maravilla, como nunca, como…, casi nunca; a lo mejor no estoy tan bien, ni tan tranquilo ni leches. Vamos, ni relajado ni de maravilla. Es posible que todo sea efecto del espejo. Sí, estoy dentro…, no, estoy reflejado y por eso lo que pienso es justo el pensamiento especular, no el original. Pero entonces ¿Cuál es el verdadero? Otra vez en el mismo punto. De nuevo no tengo ni idea de donde está el espejo ¿Y si no hay espejo? Entonces… ¿estoy bien o mal?>>
-         Estás bien, mejor. Tranquilo. Descansa. Vas por buen camino. Créeme.
-         Gracias doctora. Hasta mañana.

A los inocentes, es decir, a los tocados por la impasible garra de la enfermedad. Mi más profundo respeto.
"Sufrimiento" Acrílico sobre lienzo

viernes, 1 de febrero de 2013

Nanorrelato nº 247. El falso silencio


Los cambios se fueron produciendo muy deprisa, como si hubiesen estado esperando todos juntos para realizarse, como el voraz apetito de conocimientos del mal estudiante que deja todo para el último momento. Tal era la velocidad, que el impacto de uno tapaba inmediatamente las consecuencias del anterior. Hasta que, de repente, todo se paró, todo se tranquilizó, el silencio comenzó su reinado. Bueno, el falso silencio que se podía obtener bajo los cartones que acababa de colocarse encima con las reglas que le ofrecía el tetris del fracaso absoluto.

A los que están en la calle. Mi respeto y admiración más absolutos.
Óleo sobre lienzo