Un trocito de....

"Quizá tuvieran razón en colocar el amor en los libros... Quizá no podía existir en ningún otro lugar" Willian Faulkner


martes, 6 de septiembre de 2016

Nanorrelato nº434. Un(a) fantasma

Érase un fantasma. Un fantasma de verdad, no un fantoche. Vestía una sábana blanca con dos agujeros muy negros a modo de ojos. No eran muy bonitos pero… ¡por algún lado tenía que ver!  Podía, como solución, haber cortado totalmente la parte que cubría su cabeza y haberse hecho una especie de poncho con la sábana, pero al no ser de un tejido más fuerte no le pareció apropiado. Pero su gran problema era la bola que llevaba constantemente atada a su invisible tobillo izquierdo. Quien se la puso aprovechó la ceguera temporal que le produjo cuando le cayó la sábana encima, hasta que hizo los agujeros antes comentados. Sí, en su día o en su siglo que había pasado mucho tiempo de su nueva estructura molecular, miró hacia abajo y la vio: negra, redonda y pesada…y ruidosa, muy ruidosa. Desde entonces siempre se pregunta por qué aquel ser que cubrió ridículamente un cuerpo transparente, que hay que ser retorcido, con una blanquísima sábana, además le ató semejante peso << No te lo preguntes: quítatelo, que no escuchas porque estás bloqueada ¡Yo te ayudo!>> Le volvió a gritar, por enésima vez, una regia y brillante armadura. 

1 comentario:

  1. Un personaje de miedo que lo que produce es solidaridad. Son peores los fantoches, y lo que abundan.
    Un abrazo, Pedro

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