Un trocito de....

"Quizá tuvieran razón en colocar el amor en los libros... Quizá no podía existir en ningún otro lugar" Willian Faulkner


sábado, 2 de julio de 2011

Nanorrelato nº 111. Yo también

Érase una vez un hombre que no creía en lo que hacía, a pesar de salir todos los días en su barca a pescar. No creía en su trabajo, sí,  pero no era ningún sinvergüenza, así que madrugada tras madrugada recorría con su minúscula barquita la distancia que él consideraba prudencial y óptima para llevar a cabo su objetivo. Un buen día le adelantó una barca mucho más pequeña que la suya, lo que le llamó mucho la atención. No sólo le rebasó, sino que se adentró en el mar una distancia ‘enorme’ según sus cálculos, realizados mentalmente y dados por buenos por su larga experiencia. Se preocupó por el probable destino fatal de aquella embarcación, así que decidió esperarla por si necesitaba cualquier tipo de ayuda. Al cabo de unas horas, la barquita volvía a puerto y, al cruzarse con el honrado pescador, éste entabló una conversación:
    Con esa barca tan pequeña, amigo mío, no debería adentrarse tanto en la mar.
    Ya, pero las sirenas se encuentran mucho más lejos de donde tira usted la red.
Dibujo realizado por el pintor Jesús Oliván

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