Un trocito de....

"Quizá tuvieran razón en colocar el amor en los libros... Quizá no podía existir en ningún otro lugar" Willian Faulkner


miércoles, 23 de diciembre de 2015

Nanorrelato nº 431. Hacer caso

Un día, de pura casualidad, nuestro protagonista se enteró de que el frigorífico también se puede limpiar, mejor dicho: se debe; que la limpieza pirolítica era sólo cosa del horno y que por muy próximos que estuviesen en su exigua cocina, nunca se podría dar tal colaboración; así que se puso manos a la obra y… debajo de una hoja de lechuga estaba él. Recordó con exactitud el día que lo compró. Le encontró más delgado y con un amarillo menos potente. Normal, había estado encerrado en el zulo de las verduras desde…el principio. Al cogerlo le miró, se miraron: la injusticia y la incomprensión llenaron el blanquecino habitáculo. << ¿Por qué? ¿Por qué me compraste y me abandonaste como si fuera un elemento inanimado sin sentimientos?>>, creyó oír nuestro valiente limpiador. Aunque enseguida desechó tal reproche ya que el bisonte pintado en la amarillenta piel de nuestro olvidado cítrico le hizo comprender que sería imposible que hablase en castellano por lo novedoso del idioma, vamos. Pero algo tendría que decirle, no iba a quedar como un ordinario de tres al cuarto. Así que…<<Rosa, rosae>> le dijo en bajito intentando romper el hielo. << ¿Por qué? ¿Por qué no fuiste capaz de apaciguar tu impulso consumista y me dejaste tranquilo en aquella impersonal cesta del Centro Comercial?>> le respondió en un latín casi castellano. Así que, muerto de vergüenza se preparó un gin tonic, a las nueve de la mañana, intentando paliar la injusticia cometida.  Y la lección aprendida le sirvió de mucho el resto de su vida: fue mejor persona desde ese encuentro, ya que entendió que como reza el dicho “ningún enemigo es pequeño”, a nadie se le debe  ignorar por no ser enemigo. Que no sólo hay que “hacer caso” a los malos. Feliz Navidad.  FIN.

3 comentarios:

  1. Hasta el más pequeño de los seres u objetos merece algún tipo de atención y puede enriquecernos, incluso aunque se muestre algo ácido; quien sabe, hay veces que nos llevamos buenas sorpresas, quien menos nos suponemos puede estar insuflado de una vida propia y ser tan sabio que hasta hable latín. Nadie merece el abandono total en un rincón frío. Todo el mundo merece que se escuche su voz.
    Un abrazo, Pedro. Tu relato es original, lo que voy a decir ahora no tanto, pero de todas formas: felices fiestas

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    1. Muchas gracias, Angel. Feliz Navidad para ti y los tuyos

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    2. Muchas gracias, Angel. Feliz Navidad para ti y los tuyos

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