Un trocito de....

"Quizá tuvieran razón en colocar el amor en los libros... Quizá no podía existir en ningún otro lugar" Willian Faulkner


miércoles, 4 de febrero de 2015

Nanorrelato nº 287. Soy un artista

Érase una vez un músico que iba todas las semanas al dentista. Tenía la boca perfecta. Llegaba con mucha antelación, daba los buenos días a la persona que le recibía y se sentaba pacientemente en la sala de espera como mirando hacia el infinito. El odontólogo no le hacía prácticamente nada la mayoría de las veces y le reiteraba que no era necesaria esa elevada frecuentación. Pero él no hacía caso y continuaba con sus visitas. Un día, entró en la sala de espera con cara de pocos amigos. La recepcionista, dada la extrema amabilidad de las decenas de veces en las que se había personado, le preguntó extrañada que qué ocurría y que si necesitaba que le pasase antes de la hora reservada. Él le preguntó, en un tono muy grosero, que por qué habían cambiado la música que habitualmente ponían, contestándole ella que había sustituido el viejo cd por otro más actual. <<Pero es que en el anterior había una maravillosa melodía que compuse yo. A eso venía, al único sitio del mundo donde todavía… ¡admiraban mi arte!>>  Dando un portazo marchó entre aspavientos y nunca más le volvieron a ver por allí.

2 comentarios:

  1. La música de los consultorios... si no fuera porque tapan un poco el ruido del torno, bien podría preferir el silencio.

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  2. El egocentrismo de algunos músicos...

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