Ya era bebedor. Mejor dicho: ya
era un bebedor. Bueno, hacía bastante tiempo que era alcohólico pero apenas
unos instantes que lo sabía, quería decir. La sensación que recorrió su cuerpo
al ser consciente de ello no fue muy distinta a la que se paseaba por su
garganta durante el primer trago de la mañana, aunque tengo que añadir que
diferencia de la habitual, el sabor acre de la tristeza por el descubrimiento
sí que ponía cierta nota de distinción. << ¡En algo he ganado!>>
pensó con su brillante mente analítica, esa que tantas y tantas veces le había
sacado de apuros y que le había sido fiel durante años, a pesar del maltrato
con el que le había pagado tanta devoción. <<Ya no buscaré más una
explicación. Por fin descansaré>>.
Óleo sobre lienzo |
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