Y la gente salió a sus ventanas a aplaudir,
y a gritar, y a besarse y abrazarse en la distancia, y a dar ánimos a tantos
que se la estaban jugando. Y todo ese ruido de aplausos, cacerolas y gargantas
encendidas llegó hasta el espacio microscópico y golpeó las cápsides de los virus,
y se enteraron, y se miraron acojonados unos a otros….y uno de ellos, el más inteligente, dijo: esto
es el principio del fin.
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