Se llegó a un nivel
predictivo cuasiperfecto; se sabía
con suficiente antelación cualquier disfunción del cuerpo humano, con lo que la
solución a la enfermedad llegaba antes de que esta fuera una realidad. Todo
ello fue gracias a la tercera generación de big
data e Inteligencia artificial, cuyos creadores, un chico y una chica de
apenas treinta años, fueron premiados con sendos premios Nobel; personas muy
inteligentes e inestables emocionalmente, como corresponde a la inteligencia
extrema, que justo antes de decidir ambos quitarse la vida, el algoritmo que
controlaba los receptores de neurotransmisores dio la voz de alarma y se evitó
lo peor. Valga como ejemplo para el resto de enfermedades. Así que todo el
mundo vivía muy seguro. Pero claro, a veces a alguien le caía una maceta y otro
se distraía cruzando la calle, y eso no era controlable. Por tanto, la gente
empezó a sentir miedo a vivir, en el sentido de salir, viajar, etc, y se
encerraron en sus casas. Pero los que trabajaban en las empresas que repartían comida
a domicilio, también sintieron ese miedo en su caso por montar en moto, con lo
que dejaron de trabajar. Y en treinta días, aproximadamente, toda la humanidad
murió de inanición, entre miles de pitidos de alarma de sus algoritmos
predictivos. FIN
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