« ¡Qué maravilla esto de
la informática!», musitó nuestro protagonista. « Puedo ser lo que quiera y no
como antes, que me era imposible… ¡lo que sufría por no conseguir mi sueño!
Ahora sí que soy…lo que me da la gana, lo que me gusta», siguió diciendo en el
mismo tono, ese que solo lo oye uno, pero que parece que está vertido por el
altavoz más potente. «El que esté en contra del progreso, vamos es que no tiene
nombre. A mí esto que no me lo quiten…». Todo era pensado y dicho más o menos
con las mismas frases pero en distinto orden, cada vez que mandaba un correo
electrónico. «Puedo soplarle al jefe de todo sin parecer un chivato; sólo tengo
que ponerle en copia y ya está: normalizado. Y además, si no quiero trabajar
pongo “pvi” (Para vuestra información). Esto es una maravilla; puedo vivir de
la chivatería y sin dar un palo al agua…porque claro, siempre hay algún
desgraciado al otro lado del mail que lo va a hacer ¡Quién puede estar en
contra del progreso!
No hay comentarios:
Publicar un comentario