Y el benjamín se marchó de su lado. Se quedó parado, de pie, inmóvil, sintiendo el último remolino de aire. No sabía exactamente que hacer, si llorar por la partida, reír por la felicidad de él, sentarse a recordar, seguir de pie para alargar al máximo el instante final. Miró fijamente durante unos segundos a ese lado de la puerta. Cenó, rezó y se acostó.
Obra del pintor Andrés Calderón Sánchez
La separación genera vacio. Si es que somos humanos y nos llena lo humano.Tino
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