— No sé yo. No creo que acepten el proyecto.
— ¿Y por qué no? Si es buenísimo.
— Puede ser. La verdad es que me gustaría saberlo ya.
— Todo a su tiempo.
— Hablando de otra cosa, todavía no me han llamado del taller. Verás como es una avería bestial.
— Tranquilo. Lo que sea, será. Se paga y punto.
— Ya, es que me gustaría saberlo, para hacerme a la idea. Bueno ¿y la niña?
— ¿Qué?
— Nada, que daría lo que fuera por saber si va a aprobar esa maldita oposición ¡Estudia tanto!
— Eso es lo que tiene que hacer. Si sigue así, todo le irá bien.
— Vale. A todo esto ¿no íbamos a ir al cine?
— Sí. Por mi vale ¿Vamos a ver esa policíaca, que nos dijo tu primo que era tan buena? Esa que el asesino es el marido de ella.
— Pero bueno ¡cómo me cuentas el final!
— Vaya ¿ahora no te interesa?
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