Escuchadme,
queridos nietos. Una cosa quería contaros aunque digáis que soy un abuelo pesadísimo,
pero entre mis obligaciones está la de la docencia. Ya sabéis que vuestra
abuela y yo, hace algunos años, sobrevivimos a la terrible epidemia del Coronavirus. Recordad que lo más importante para que los miedosos, entre los
que tu abuela y yo estamos entre las primeras posiciones, sobrevivamos, lo más
importante es que los valientes sean valientes, y digan que NO en el momento
más difícil. Vuestra abuela y yo lo vimos, vimos ese “NO”, tuvimos esa suerte. Ha habido muchos hombres y mujeres que lo han
hecho a lo largo de la historia de la humanidad, y gracias a ellos y ellas la
humanidad ha podido seguir su tortuoso camino hacia el futuro. No lo olvidéis
nunca. Y si tenéis la suerte de conocer a alguno, recordad su nombre y darle las
gracias si tenéis la ocasión, y si alguno reza, que alguna de sus oraciones vaya
para esa persona que la oísteis decir “NO”. Con eso basta. Los valientes no
piden nada, de hecho lo que hacen, lo hacen “para sus adentros”.
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