—Mira qué planeta más bonito, parece una bola azul.
¿Nos acercamos, Levo?
—No sé…, Dextro. Bueno, venga.
—Allí parece un buen sitio para cotillear. Anda,
activa la invisibilidad, Levo, no vayamos a darles un susto innecesario.
—Vale.
—Hummm, qué curioso. Qué construcciones más llamativas
realizan estos organismos.
—Estoy de acuerdo. Vámonos a otro sitio. Hagamos un
pequeño estudio de homogeneidad, Dextro.
—Bien. Mira allí, en aquella esquina de ese
continente, esa zona que tiene forma de cuerno de mamut gorditiano. Parece un
buen lugar.
—Qué raro…, que abdómenes más abultados. ¿Son otra
especie?
—No lo creo. El analizador genético no señala
diferencias al respecto.
—¿Entonces?
—Creo recordar, pero es sólo un vago recuerdo de
estudiante de biología universal, que en determinados organismos, a
consecuencia de una falta proteica, el agua invade los tejidos. Pero… te repito
que hace mucho tiempo y no estoy muy seguro.
—Pero…, Dextro, un déficit proteico implicaría que se
están muriendo de hambre. ¿Cómo van a permitir entre seres vivos, y más de una
misma especie, que se mueran de inanición? ¡Tienes cada cosa!
—Llevas razón. Siempre he tenido la polaridad más
negativa que positiva. Pero, por lo que más quieras, Levo, vámonos de aquí que
hay algo oscuro que me hace temblar las antenas. Salta al hiperespacio, por
favor.
Relato del libro "El Velocirraptor y 53 relatos más"
No es de extrañar que esos visitantes se marchasen para no volver.
ResponderEliminarUn abrazo, Pedro
Otro para ti, Ángel
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