Estaba como un flan. Era lógico
por otra parte, ya que era su primer día de trabajo. Ya, ya sabía que la habían
engañado, que no era “eso” lo pactado, lo prometido, lo hablado de forma amigable y distendida con
su “jefe”<< Pero los tiempos son lo que son, y lo peor de todo…el mundo
“es lo que es”>>. El dinero, tan necesario para su familia, se fijó en su
mente como primer y único objetivo, y de esa forma aplicó el bálsamo profiláctico tan necesario para dar el
siguiente paso laboral: paró el primer coche <<Hola guapo, ¿quieres
compañía?…>>
La necesidad, esa señora tan dictadora.
ResponderEliminarUn abrazo, Pedro