Una noche cualquiera le sucedió algo que se escapó de lo, llamemos, normal. Esa diferencia destacable fue que no soñó a pesar de que...sí. Ya sé que puede parecer un poco anormal lo que acabo de contar y me explico: tuvo un sueño real. ¿Qué quiero decir con ello? Pues sencillamente que soñó sin soñar, sin imaginar, que lo que ocurrió en ese espacio de tiempo fue auténtico, y no fruto de su actividad cerebral. Por tanto, cuando se despertó, la vida continuó al hilo del último instante soñado, y no desde antes, como habría sido lo habitual. Lo malo es que lo acaecido aquella noche, se convirtió en normal. Y, como resultado de ese comportamiento, su vida fue continua, sin posibilidad alguna de…escapar de ella. Sin descanso.
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