El líquido comenzó a descender por el único camino que le era posible. Él miró los esperanzadores meandros un instante para, con un giro rapidísimo de su cabeza a modo de limpiaparabrisas, abstraerse en alguna reminiscencia agradable que le hiciese más llevadero el segmento temporal. Pero como las veces anteriores, el recuerdo elegido enseguida quedó empañado por el fluido, que como una acuarela difuminaba todo lo que en principio había pensado en proyectar en su mente. De nuevo cambio de programación a última hora: otra vez iban a “echar” la misma peli. El reproche autolítico en forma de “porqué no aproveché más” se hacía muchísimo más insoportable que las nauseas provocadas por el maldito y salvador líquido. <<Espero que me de tiempo a transmitir esta sabiduría a las personitas que quiero>>
Dibujo realizado por el pintor Jesús Oliván
Enhorabuena por tus primeros 100 relatos. Salud
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