Intentó recordar el día en el que aceptó ir de su mano. Sobre todo, determinar cómo se cerró el trato, que se habló por ambas partes, que expectativas fueron vertidas y admitidas. En el transcurso de la búsqueda del recuerdo inicial (del recuerdo ‘cero’ como se diría ahora), aparecieron momentos magníficos resultantes de su relación: de cómo lo negro se convertía en blanco, de las risas interminables fruto de sus abrazos, de la felicidad creada a partir de la nada, de la inmediatez terapéutica de la dicha provocada. Sí, pero todos ellos posteriores al ansiado recuerdo primitivo. Pretendía rememorarlo con el objetivo de pasarle factura, de gritarle que esto no era lo pactado. Estaba completamente seguro que en ningún momento hablaron de dolor, de pérdida, del final…de cirrosis.
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