Siempre le había encantado mirar y mirar fotografías. Sí, todas, estuviese él o no. Movidas, aburridas, clásicas, con demasiada luz o tremendamente sombrías; daba igual, le maravillaban. De hecho, las conservaba todas y las veía y reveía constantemente. Hasta que le hicieron una. Una muy especial. Una en la que para que ‘quedase guapo’ no debía de respirar. Una en la que sólo se observaban manchas, sombras terroríficas. La única de todas en la que nadie, ni los más cercanos, hubiesen acertado que era él. Una que estaba solo, por cierto, la única.
Dibujo realizado por el pintor Jesús Oliván
Dibujo realizado por el pintor Jesús Oliván
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