Volvió a moverse en su vida como cuando uno está sentado en una silla incómoda y cree erróneamente que el cambio de postura le va a traer la comodidad (la felicidad), aunque…he de añadir que, en el fondo de los fondos sabe que no, y lo sabe por la mala gana que capitanea todo el movimiento. Bueno, esa mala gana que siempre ha estado presente, porque no es el primero de estas características que hace. De hecho, si pudierais verle como yo (algo imposible ya que sólo está en mi imaginación, así que sólo podéis hacer lo mismo que yo: imaginároslo), os daríais cuenta de que está a punto de hacer otro gesto parecido, y…sí, con la misma mala gana. Inútil movimiento, pues.
Acrílico y esmalte industrial sobre lienzo 65 x 46 |
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