Érase un posible
enfermo mental (a pesar de ser el narrador omnisciente, yo tampoco lo sé con
seguridad). El creía que estaba malo, pero no lo sabía a ciencia cierta, y eso
le angustiaba en demasía. Buscaba una respuesta, que enseguida obtenía al contestarse
que estaba enfermo…pero no le valía. Lo planteaba al revés, es decir, como
estoy enfermo me hago estas preguntas, pero tampoco la inversión de cuestión
cambiaba en algo el resultado. Hasta que un día… << ¿y si no estoy
enfermo?>> Esta vez sí, la respuesta le valió ¡Ya lo creo! Y la angustia fue sustituida por el pánico,
el cual le acompañó el resto de su vida… corta, por cierto.
Al genial pintor Edvar Munch
Corta pero intensa, y fundamentalmente llena de preguntas.
ResponderEliminarUn abrazo, Pedro.
HD
No estoy muy seguro de la existencia de esa "intensidad". Un abrazo, Humberto
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