Tenía miedo, muchísimo. Era la primera vez. No era la primera que sentía miedo. No. Era la primera que lo tenía, que era suyo. Al igual que su admirada Frida Kahlo intentó ahogarlo…, pero también el suyo, como el de Frida, aprendió a nadar. <<Y..., ¿ahora?>> se preguntó. <<Nada. A esperar>> se contestó.
No importa los intentos que hagamos por ahogarlos, esos miedos que nos atenazan siempre saben mantenerse a flote. Quizá el secreto sea aprender a vivir con ellos.
ResponderEliminarUn abrazo fuerte, Pedro