Un trocito de....

"Quizá tuvieran razón en colocar el amor en los libros... Quizá no podía existir en ningún otro lugar" Willian Faulkner


lunes, 2 de julio de 2018

Nanorrelato Nº 513. El amor

Era un asesino implacable. Jamás había hecho ascos a ningún trabajo, por muy difícil que fuera. De hecho, una vez llegó a poner una bomba en un colegio para “eliminar” a unos de los chiquillos, hijo del enemigo de la persona que lo contrató. No le temblaba el pulso. El siguiente trabajo era bastante sencillo: matar a un perro; un exmarido dolido le contrató para hacer el mayor daño posible a su exesposa. Así que cogió una pistola de un calibre pequeño y hasta el domicilio de la recién divorciada fue. Abrió la puerta cuidadosamente y de pronto un perro lanudo se le echó encima y se lio a darle lametones en la mano con la que empuñaba el colt calibre 22. Miró al animal fijamente y el chucho le contestó moviendo el rabo y dando saltos de alegría. Y así le detuvo la policía: sentado en el suelo, impávido frente a su objetivo. Como estaba en un país donde había pena de muerte, pues hasta la horca llegó por sus execrables crímenes anteriores. En el último momento, el verdugo  le preguntó:
 « ¿Por qué? Con lo fácil que es para ti matar…» (Realmente quería decir para los dos).
 « Porque nunca nadie me había dado amor. Me paralizó la sensación», le contestó el reo mientras le agarraba el antebrazo en señal de “tranquilo, haz tu trabajo. Te lo digo de corazón”.
Pues…, el reo sigue en el corredor de la muerte a fecha de hoy, ya que el verdugo no pudo ejecutar la sentencia y le despidieron, claro. De su anterior trabajo sólo recuerda algo cuando se toca de forma refleja el antebrazo al ver alguna película donde el amor, la amistad o el respeto, son el eje central del guion.

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