¿Tiene usted enchufe? Le
preguntó justo cuando su curriculum vitae
estaba a un centímetro de la bandeja. Se quedó parada sin saber muy bien qué
contestar, con esa duda que crea la incomprensión. Pero cuando el otro
hemisferio cerebral tomó el control, le respondió, como siempre le habían
enseñado, diciendo la verdad: no. En ese instante, el centímetro se convirtió
en un metro y el papel volvió a su mano. Notó incluso que todavía estaba
caliente ya que sus yemas coincidieron con exactitud en el sitio que las había
puesto durante la espera. En un alarde de valentía dijo: tengo dos carreras y
cinco máster. El último todavía lo estoy pagando. Pero mujer… ¿No ve usted la
televisión? ¿Es que no se informa? Eso no vale para nada, y más siendo mujer.
¡Ay, cuánto daño hacen las películas!, dijo el individuo mientras se daba la
vuelta abandonando el sitio. En ese instante sonó un disparo seco que inundó la
sala de ruido y silencio. Lleva usted razón, hacen mucho daño, sobre todo las
de tiros. Y el manojito de folios cayó al suelo educadamente, sin aspavientos,
sin hacer nada de ruido, como corresponde por otra parte a un brillante
currículum.., ya sin vitae.
Triste mundo en el que la preparación, la valía y la igualdad entre sexos pasa a un segundo plano, sustituidos por otros criterios mucho más oscuros. Al final, la paciencia tiene un límite.
ResponderEliminarLlevaba tiempo sin leerte y siempre me alegro de hacerlo.
Un abrazo, Pedro
Otro abrazo grande para ti, maestro.
Eliminar