Escribía
distinto; no por placer, sino por necesidad, necesidad terapéutica. El
tratamiento se lo había pautado su propio subconsciente ante las barbaridades
que el consciente le hacía llegar a través de sus distintos sentidos, canales
osmóticos a la televisión, a internet... Era tal el asco que le producía todo lo
que estaba ocurriendo en tiempo real, que escribía y escribía y escribía
compulsivamente futuros aceptables, donde los seres humanos se comportaban …,
digamos bien, donde había cabida para el honor, la lealtad y la profesionalidad.
Pero por desgracia esos futuros eran distópicos, antagónicamente distanciados
de lo que iba ocurriendo en realidad. Y escribía y escribía y escribía…
Un trocito de....
"Quizá tuvieran razón en colocar el amor en los libros... Quizá no podía existir en ningún otro lugar" Willian Faulkner
lunes, 28 de septiembre de 2020
Nanorrelato Nº 628. Distopía terapéutica
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