- Estás muy callado,
Dextro.
- Porque me inunda una
tristeza extrema al ver lo que hacen esos seres de ese planeta azul tan
precioso, Levo.
- Somos funcionarios,
Dextro. A lo nuestro. Venimos con el platillo, examinamos sin interferir y
enviamos informes, que es lo que nuestros jefes esperan de nosotros.
- A eso me refiero, Levo.
Justo a eso. Me lo has puesto a huevo. Eso exactamente es lo que hacen los
seres de ese planeta una y otra vez. Sólo cumplen órdenes sin sopesar nada. Y
así les ocurre lo que les ocurre. En el fondo han perdido una cosa
importantísima, y no lo saben.
- ¿El qué?
- Ya no son humanos. Eso es
justamente lo que adquirieron cuando bajaron del árbol, lo que les impulsó a ponerse
a dos patas y echarse a andar: la humanidad, que es indivisible con decidir libremente;
pero por lo visto en algún momento de su evolución la han perdido y están
evolucionando a ordenadores. ¿No lo ves? Hacen lo mismo. Un ordenador siempre
da la respuesta más segura, que es siempre la más cobarde, la menos libre….
- Como acojonas, Dextro.
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