Érase una vez un insecto volador
que se encontraba psicológicamente muy mal. Estaba muy deprimido porque no
sabía qué hacer con casi todo en su vida. La globalización había llegado a la
colmena y por ello sus nuevos directores, que no querían insectos especiales como
él, le habían apartado de toda tarea. Un día volando sin ningún destino concreto
leyó en una hoja de periódico, que algún humano había utilizado para limpiarse
el culo, un anuncio que prometía “solución rápida psicológica ante los
problemas de la vida”. Fue volando esperanzadamente a la dirección que ponía,
que por suerte no había sido ocultada por materia orgánica. Entró por la
ventana sin mover muy rápido sus alas para evitar ser descubierto y se posó en
la nuca del terapeuta para así escuchar los consejos que en ese instante estaba
vertiendo sobre un paciente tumbado en un diván. ¡ZAS!
Esta historia me conmovió, no sabía de la curiosidad de los himenópteros.
ResponderEliminarUn abrazo grande.
HD
Gracias, Humberto.
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