Los mediocres se jalean
entre ellos, eso sí
y con el tiempo
se lo creen
Creen que ya no son mediocres
y celebran este hecho
jaleándose de nuevo
montando fiestas y bailes de príncipes (gracias Kundera)
engullendo canapés de cola de bogavante
y vuelven a jalearse
porque han dejado de ser mediocres
Y como si de un aniversario se tratara
lo hacen de nuevo,
ya regularmente.
Y la enfermedad, la injusticia, el desaliento, la pobreza,
el hambre, la sed y… el suicidio,
avanzan y avanzan
sobre un campo de batalla alfombrado de muertos inocentes,
decorado con implantes dentales y farlopa.
Los mediocres están a cada paso, se nos sientan al lado del tren, nos miran desde la tele, la tarima y a veces hasta el espejo :o
ResponderEliminarPasa. Abrazos.