Ya sé que os tengo que aguantar,
que el mundo es redondo pero…achatado por los polos. Ya. Ya lo sé. Y lo hago,
como otra mucha gente, como la mayoría de las personas, como todo el planeta. Y
lo hacemos, corrijo pues. Pero…aunque parezca extraño, las arcadas que todavía
no puedo retener son las que nacen cuando oigo vuestros nombres de pila, ese
vestigio que aún os queda de cuando erais personas abrigadas por una bata
blanca o un mono azul o una toga negra o un uniforme verde o unos manguitos marrones,
o…, sustituidos ahora por una purulenta librea que nos indica, a todos, que ya
formáis parte del servicio, del servicio al mal.
Para que luego digan que el hábito no hace al monje.
ResponderEliminarUn abrazo, Pedro