Y buscaba, buscaba…, todo el tiempo. Y, como siempre
que se busca algo demasiado grande, vamos enorme, pues claro: no se encuentra.
Pero a pesar de tener bien claro, desde el principio, que en esos recipientes
tan chiquitos no puede hallarse lo que se desea, repito, tenerlo tan claro
desde el principio..., sigue buscando; quizás, por tener cierta compasión con
el protagonista de nuestra pequeña historia, he de añadir que la mayoría, por
no decir todos, de los seres humanos, cometen siempre el mismo error
digamos….de volumen, aunque curiosamente todos piensan que su inútil búsqueda
es personal y única.
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