Un trocito de....

"Quizá tuvieran razón en colocar el amor en los libros... Quizá no podía existir en ningún otro lugar" Willian Faulkner


miércoles, 30 de octubre de 2019

Nanorrelato Nº 550. La ranita


No se hablaba con nadie desde una fecha en concreto, estática. Toda persona que hubiese conocido antes de ese punto temporal, era ignorada inmediatamente. Por ello, a ojos de toda esa cohorte, era un sociópata, o desagradable, o raro, o que la vejez le había hecho un huraño. Él sabía que no, pero no podía explicarlo. No. Sólo él conocía su razón que no era otra que haber tocado la locura, haber entrado, como si de un chapuzón se tratara, en ese estado, pero había tenido muchísima suerte y cual plana piedra tirada con fuerza hacia la superficie de un lago, había entrado y salido hacia la superficie, a la “normalidad”. Por eso no les hablaba a ninguno, ya que todos los anteriores pertenecían al segmento temporal de la inmersión, como si todos ellos por acción o inacción hubiesen sido responsables de la barbaridad que había habitado en su cerebro hasta que saltó. Sabía que eso no podía contarlo... ¡Para qué! Ahora, en soledad, se había introducido más en el interior, en pleno secano, buscando la protección del desierto, la mayor distancia hacia el agua.

3 comentarios:

  1. Somos seres complicados y, por eso mismo, también fascinantes. Ya tenía ganas de leerte, Pedro. Un abrazo

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