Un trocito de....

"Quizá tuvieran razón en colocar el amor en los libros... Quizá no podía existir en ningún otro lugar" Willian Faulkner


jueves, 19 de abril de 2018

Nanorrelato Nº 503. Albertito

«Te tienes que casar, Albertito», le arrojó un vecino al cruzarse en el marmóreo portal. Era una frase, un consejo que llevaba oyéndolo casi a diario, desde siempre, desde que debería haberlo hecho, y con mayor intensidad desde la muerte de su madre. Él siempre contestaba, y contestó, con el mismo «ya, ya, claro que sí» que se había convertido en un movimiento reflejo como si le golpearan la rodilla con un martillito. A veces, el consejo iba seguido de «búscate una mujer buena», que apuntalaba y dirigía de forma más precisa la primigenia recomendación. Curiosamente había un sector que, como si quisiera llevar la contraria al resto, le jaleaba con un «sigue así, Albertito, tú sí que sabes». A esta última felicitación sólo correspondía con una sonrisa, la verdad que tan mecánica como la anterior respuesta. Pero a solas, en su pulcra y mimadísima casa, en cuanto cerraba la puerta se convertía en Alberto y declamaba en voz alta: «Ni me llamo Albertito, ni me gustan las mujeres, ni me gustáis vosotros, hijos de mala madre».

6 comentarios:

  1. Esa manía de etiquetar a la gente y de decirles lo que tienen que hacer es terrible, pero no menos que tener que poner buena cara a todos por aquello de ser sociable.
    Otra joya del "Velociraptor".
    Un abrazo, Pedro

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  2. Bien dicho; ¿por qué nos costará tanto defraudar a los otros?

    Un abrazo, Pedro.

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  3. Impecable ejemplo de interacción social entre desconocidos que ni se enteran de su condición. Saludos.

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    Respuestas
    1. Muchas gracias, Taty. Casi siempre lo más simple es lo más difícil. Un arazo

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