Miraba las fotos
una y otra vez. Estaba seguro que era él, pero no conseguía ni por atisbo recordar lo
que pensaba en ese momento, en ninguno de los momentos, en ninguna de las
instantáneas. Ni la playa, ni la montaña, ni tan siquiera esa nube de algodón dulce que asía con fuerza, le proporcionaban la más mínima pista. Cada vez las pasaba
más y más rápido por el nerviosismo que le producía la carencia de recuerdos.
Una y otra, una y otra…y: nada de nada. Vacío.
<< ¿Qué le
pasa al señor de la 306, que está tan nervioso? >>
<< Pues por
las fotos. Parece que se agarra a esos instantes…, pero curiosamente, por lo que le he medio entendido, cree que él es el niño que
sale a su lado, que debe de ser su hijo ¡Ya podría venir a verle más veces, por cierto! >>
P.D. A los que se les van escapando sus recuerdos....
P.D. A los que se les van escapando sus recuerdos....
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