Siempre había sido el
loco de su casa ya que todas las noches ponía la lavadora a las tres de la madrugada
harto de no poder dormirse; su sonido al centrifugar, sobre todo, le inducía el
sueño y se imaginaba que iba en un avión muy muy lejos, a una isla muy muy
lejana de playas blancas y agua verde turquesa. Nadie le hablaba desde hacía
mucho por su impertinente conducta nocturna que molestaba a sus
infinitos vecinos con los que se repartía el minúsculo trozo de espacio de su enorme
bloque de viviendas de paredes de papel. Pero gracias a un golpe de suerte ya
todas las viviendas producían el mismo arrullo a las tres de la mañana, y por
fin él no tenía que levantarse. Era muy muy feliz volando en un sinfín de
tipos de aviones… sin moverse de su colchón de gomaespuma, como pasajero de
primera.
Un trocito de....
"Quizá tuvieran razón en colocar el amor en los libros... Quizá no podía existir en ningún otro lugar" Willian Faulkner
miércoles, 2 de junio de 2021
Nanorrelato Nº 638. Muy muy (Gracias, eléctricas)
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