Un trocito de....

"Quizá tuvieran razón en colocar el amor en los libros... Quizá no podía existir en ningún otro lugar" Willian Faulkner


jueves, 11 de abril de 2019

Nanorrelato Nº 540. El bioquímico

Érase un bioquímico que tuvo la mala suerte de que el dios de la mediocridad se fijase en él  y, en un juicio amañado, dictara como sentencia la destrucción de todo su trabajo. Nuestro intelectual tuvo que ejecutar una a una y sin pestañear (así constaba en la sentencia), todas las miles de sinapsis vertidas por él. Dicha acción debilitó sus rasgos humanos con lo que cayó al suelo sin apenas ATP (Adenosina trifosfato,  un nucleótido fundamental en la obtención de energía celular) disponible. Se levantó transformado en otro ser y se mantuvo erguido…, para siempre, porque el dios de la mediocridad es inmortal, como corresponde a un dios, pero mediocre en toda su extensión temporal y por ende no tiene la capacidad para evaluar, ni tan siquiera de imaginar, las gestas valientes de los sabios que creen en su trabajo, que es equivalente a que creer en uno mismo. Érase otro bioquímico desplazado en un despacho…, esa es otra historia.


P.D. A Carlos López-Otín

No hay comentarios:

Publicar un comentario