Tendrás que operarte. Así
no puedes seguir -le dijo a su mujer viendo que era incapaz de leer-. Que te
crees que no me doy cuenta que desde hace mucho tiempo solo ves las fotos de
las revistas; bueno, veías, que me parece a mí que ya ni eso, porque casi ni las
abres ¡Con lo que te ha gustado tanto leer y cotillear! Y te lo digo por ti,
porque estás muy bien de cabeza y aunque la reuma te impide moverte todo lo que
te gustaría, que siempre fuiste una polvorilla; pero salvo eso todo está en su
sitio, añadió mirándole las tetas y guiñándole un ojo. Y ahora te lo digo por
mí: a mí no me fastidies más que necesito volver a ver esa mirada de…, de eso,
que me volvió loco desde el primer momento. Que yo creo que a mis ochenta y
cuatro años me merezco conservar eso. Así que ¡Eah! a operarte esos ojos y a
mirar…, como siempre me has mirado. Y no
tengas miedo que ya he preguntado y casi no hay riesgo aunque seas una abuela…,
con todo en su sitio, eso sí.
Sí que me ha hecho reír ese abuelo tan mandón, lleno de vida y con muy buenas intenciones...
ResponderEliminar¡Muchas gracias, Belkys! Un saludo
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