Y…un
horripilante insecto amaneció convertido en un humano, que, aunque parezca
mentira, lo que peor llevaba era su nuevo nombre: Gregorio. << ¿Qué coño es Gregorio? Me gustaba más
“cuidadoquetepica” o “queascodebicho”>> Él continuó haciendo pelotas de
mierda y almacenándolas en su casa. De hecho, siguió con dicha actividad al
poco de producirse la mutación para que su autoestima no se viese mermada. <<
¡Faltaría más!>>. Aunque la verdadera sorpresa fue cuando se dio cuenta
de que había muchísimos humanos haciendo lo mismo, acumulando desechos
recogidos en el basurero. <<Así que tampoco es tan importante mi aspecto, pero Gregorio…>>
No hay comentarios:
Publicar un comentario