Dejó de sufrir. Sí, de golpe, de
repente. Se paró en seco nada más oír como la porcelana se quebraba dentro de
su cabeza. Bajó las armas y se entregó a esos
papeles tan importantes. Pero no dejó de vivir. No. Hizo unos garabatos en
un plano imaginario y sus tropas empezaron a posicionarse en Waterloo << Adelante, mis valientes. A
por la gloria. Ahora, en mi terreno, les derrotaré. Les derrotaremos>>
Acrílico y pintura industrial sobre lienzo |
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