Del sillón a la cama, de la cama al pasillo, y de ahí a…sabe Dios que casilla. En ésta especial “oca” andaba inmerso nuestro amigo, con el lógico temor, si es que se puede mencionar a la lógica en éste esquizofrénico juego, de no caer en… ‘la cincuenta y ocho’. De momento aguantaba con el ‘de puente a puente y tiro porque me lleva la corriente’, y miraba ‘la salida’ a través de la pequeña apertura que sus cansados párpados le permitían. <<Me hace falta un seis>>
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